Te pretendo
congelado, te pretendo detenido,
Jugando a ser simple,
y benevolente de mi desazón.
Concluyentemente
frío, yaces dentro de mis recuerdos.
Eres más pacto, que
la vida misma del que dicta ser Dios.
Te detuve en mil
mascaras, te volví de cera dentro de este mundo,
Cuando la verdad es
que te mueves desesperado, intentando sobrevivir.
Y cuando vuelvas a
mirarte, sabrás que no erraste,
Que la vida era un
soplo que te llevo a estar allí.
Cuando los días eran
grises, y te destrozaban el alma,
Permanecías impertérrito
ante el desasosiego de sentir la realidad.
Palpaste la verdad
que la otra boca sentía propia,
Corriste a los brazos
del cómodo silencio, pretendiendo evadir.
Y ahora que no estás
cerca, hago intentos de palpar amor,
La abstracción de
sentimientos suelen ser vulgaridades hoy por hoy.
Porque la sencillez
debiese abrigarme, pero la
Ligereza de sentir,
no lleva un vestido provocativo que me haga querer moverme de aquí.